jueves, 12 de abril de 2012

El Sector secundario.



Este sector es el que transforma todas las materias primas en productos de bienes y servicios.

La industria tiene su comienzo durante los siglos XVIII y XIX en el período conocido como revolución industrial. El despegue industrial se debe, principalmente, a la utilización de la tecnología en las tareas del trabajo. Esto es posible gracias al trasvase de capitales, fuerza de trabajo y mercancías desde el sector primario, la agricultura principalmente, al sector secundario.

El sector industrial se caracteriza por la concentración geográfica de la producción, buscando ventajas comparativas y de localización, y la de la población. Surgen, así, las grandes ciudades y las regiones industriales, y también las regiones especializadas en determinados productos. Ni las ciudades, ni las regiones especializadas son autosuficientes para producir todo lo que necesitan. Aparece, de este modo, la necesidad de crear mercados más amplios, de ámbito nacional o internacional, en los que comprar y vender. En este proceso el transporte va a tener un papel fundamental, que no sólo impulsa la industria, sino que además es uno de sus principales consumidores. Con la creación de mercados nacionales e internacionales caen las barreras aduaneras, el proteccionismo económico sólo aparecerá en caso de crisis, y se reducirán los precios unitarios del transporte.

El sector industrial es el más contribuye al PIB y el que más fuerza de trabajo emplea hasta la segunda guerra mundial, tras la que empieza a perder importancia a favor de los servicios.

Se distinguen tres tipos básicos de iHoy, el sector industrial se caracteriza por: •El empleo de maquinaria cada vez más sofisticada. •La reducción de la mano de obra como consecuencia del uso de máquinas y robots. •La mayor preparación y especialización de los trabajadores. •Los productos cada vez más personalizados. El número de trabajadores empleado en el sector secundario es muy pequeño en los países subdesarrollados (cerca del 10 %) y moderado en los desarrollados (en torno al 30%) a causa de la robotización de la industria ndustria: la industria pesada, la industria de equipo y la industria ligera.

Las nuevas tecnologías también han hecho aumentar la productividad en la industria. Los robots y las tareas automatizadas permiten realizar el mismo trabajo con menos obreros y en menos tiempo. Las nuevas tecnologías crean nuevas industrias pero en menor proporción que los puestos de trabajo que se destruyen. El exceso de trabajadores, capitales y mercancías se invierten en el sector servicios, que tiene un incremento espectacular.

En 1973 la crisis del petróleo paralizó buena parte de las inversiones y produjo un espectacular aumento del paro en los países desarrollados.

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